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lunes, 23 de junio de 2008

Viejo sin Destino


Caminaba lentamente, mientras que arrastraba sus pies, iba a ninguna parte, su destino no se encontraba en ningún lugar. Sus pensamientos eran confusos su mirada estaba perdida, su respiración agitada y su corazón casi no palpitaba. Era un viejo con una barba larga, sucia, y con ropas andrajosas, no tenía ni siquiera un peso es un bolsillo, no tenía bolsillos, con suerte un pantalón desteñido por todas los inviernos que pasó. Había sido un día lluvioso y el hombre caminaba mientras que las gotas caían por su rostro, miró a su alrededor no había nadie en las calles y la luz del faro a lo lejos, era lo único que veía. No sabía dónde estaba, ni a dónde iba, tampoco sabía cuanto tiempo llevaba caminando, sólo sabía que le gustaba la lluvia y el sonido de las gotas al tocar el suelo húmedo. Tenía frío, sus manos se congelaban lentamente, sentía su cabeza helada, vacía como siempre había sido, pero recién había comprendido aquello. Sus pies ya no los sentía, tropezó con una piedra y cayó en un charco. Estaba todo embarrado, y siguió su camino, pero incapaz de volver a pararse empezó a arrastrase como un gusano, aferrándose a la vida como una sanguijuela, intentando plegar sus alas como una mosca y volar. Volar y olvidarse de todo, quería olvidar su nombre, su vida y sus problemas quería olvidarse del poco tiempo que le quedaba, quería volar y sentir, sólo eso sentir!. Sí, eso era lo único que deseaba, siguió su camino aunque ahora tenía un destino, un propósito, se arrastró dificultosamente hacia el acantilado y tomó una gran bocanada de aire. Se concentró en oír la lluvia y al mar furioso que golpeaba violentamente las rocas, en ese momento se puso de pie, apoyándose contra un árbol, cerró sus ojos y extendió sus brazos, se acercó al borde y entonces entendió que no todo había sido en vano. Se lanzó a lo desconocido, sin saber que ocurriría después, pero eso ya no importaba, sólo quería sentir. En unos segundos la oscuridad lo atrapó ágilmente con sus manos y tiernamente se lo llevó a un lugar del cuál nunca más el viejo podría salir.
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PS: foto auspiciada por google imágenes. PUNTO!

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