Pequeños pasos

Doy pequeños pasos, tranquilos y ruidosos que resuenan a lo largo de la calle. Intento parecer calmada aunque en realidad la ansiedad me mata lentamente. Miro a mi alrededor y me doy cuenta de que no hay nadie cerca, a lo lejos se ve un faro que ilumina débilmente mientras que debajo de él, hay un árbol moribundo, se ve claramente que los crudos inviernos han dejado una marca en él, se nota en sus ramas caídas, en su tronco casi totalmente destrozado, en sus raíces gastadas, en su sonrisa apagada. Sé que el final se acerca para aquel árbol marginado del resto por su deterioro. Luego de apartar mis pensamientos me concentro en mi destino, sé que ya está más cerca pero mi conciencia me dice que cada vez estoy más lejos. Intento caminar más aprisa, la soledad y el completo silencio no son buenos compañeros, sólo hacen que me sienta más nerviosa. Cuento cada paso que doy, necesito distraerme un rato, cuento cada paso como si toda mi vida me hubiera dedicado a esto. El tiempo pasa y cada vez estoy más cansada y mientras que pienso esto, veo el local que había estado buscando. Camino más rápido, pero no es suficiente y corro, no sé de donde proviene toda esta energía, pero corro hasta la puerta. Al llegar mi cuerpo tiembla temerosamente, dudo en entrar, pero finalmente lo hago y espero. Después de unos minutos salgo tranquila y radiante de felicidad ya que tengo mi helado de piña. Camino de vuelta y me doy cuenta de que la vida se ve mejor tomando mi dulce helado de piña.
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PS: Esperando a que todo salga bien.
PS2:Nervisa? no, mejor dicho miedosa.